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Preguntas frecuentes
  1. ¿Qué es la Podología?
  2. ¿Qué es el "tratamiento integral" de las patologías del pie?
  3. ¿Duelen las sesiones de Podología?
  4. ¿Cómo es una sesión de Podología?
  5. ¿Por qué se hace una Historia Clínica?
  6. ¿A quién puede tratar y ayudar un Podólogo?
  7. Corolario
¿Qué es la Podología?
La Podología es una rama de la ciencia médica que tiene por objeto el estudio de las enfermedades y alteraciones que afectan al pie. Anteriormente, las personas dedicadas a la Podología eran conocidas como "callistas". Este término ha quedado más que obsoleto hoy en día debido a que las competencias adquiridas por el podólogo son bastantes más amplias que al tratamiento básico de durezas o "callos".

Desde 1988 la podología es una rama de la ciencia médica aunque independiente que se estudia en una diplomatura de 3 años (próximamente pasará a ser Grado de 4 años como adaptación al espacio europeo según el Tratado de Bolonia).

El diplomado en Podología es un profesional altamente cualificado que ha sido preparado para la prevención, diagnóstico, tratamiento y rehabilitación de condiciones anormales de los pies y de los miembros inferiores actuando también en la prevención y corrección de deformidades para que las personas se mantengan ágiles y activas y en el alivio del dolor o molestia.
¿Qué es el "tratamiento integral" de las patologías del pie?
Estos dos conceptos "tratamiento" e "integral" lo que hace es recoger la idea de que en ATLAS PODOLOGÍA se utilizan todo tipo de terapias para prevenir, diagnosticar, tratar y rehabilitar el pie en todas las patologías que se pueden presentar.

Para entenderlo mejor: si una persona viene a consulta por una dureza en la planta del pie debido a un pie plano un tratamiento normal va a constar de quitar la dureza simplemente sin tratar ese pie plano que lo produce y que aliviaría mucho la aparición y molestia de esa dureza.

Como otro ejemplo se puede poner una persona que tiene uñas encarnadas en el dedo gordo cada dos meses. En este caso un tratamiento normal se centraría solamente en aliviar los síntomas en el momento y seguir aliviándolos en el futuro según se vayan produciendo.

El tratamiento integral va a intentar ver cuál es el problema que tiene la uña, intentar corregirlo con tratamientos no agresivos al principio y en el caso de no poder llegar a corregirlos en tres o cuatro sesiones ofrecerle a la personas la posibilidad de cirugía para que ese problema no vuelva a repetirse.
¿Duelen las sesiones de Podología?
Como norma general las sesiones básicas de podología se basan en tratamientos conservadores (no agresivos) que no duelen nada. Se utiliza instrumental diverso que en un principio podría asustar por las dimensiones o la forma (a veces punzante) y la cantidad de ellos que se prepara en la bandeja pero que es así simplemente para facilitar el trabajo al profesional Podólogo.

Quitar piel dura de la planta de los pies o de los dedos es totalmente indoloro ya que lo que se está quitando es piel muerta sin terminaciones nerviosas; ¡este tipo de tratamiento puede hacer incluso cosquillas a veces! Hay casos como los de las uñas encarnadas en los que el tratamiento puede ser molesto.

Si llegara a ser muy molesto se pondría un poco de frío o anestésico en crema para poder cortar la uña que se clava. En el caso de que el paciente presentara mucho dolor en el tratamiento (cosa muy rara) se haría en varias sesiones. Este tipo de tratamiento aunque molesto en algunas ocasiones se suele realizar en una sola sesión y el alivio de los síntomas es INMEDIATO siendo de los tratamientos más agradecidos por este alivio inmediato.

El resto de tratamientos podológicos como puede ser papilomas o verrugas plantares, infecciones por hongos, pies planos/cavos, fascitis plantares...son totalmente INDOLOROS.

En el caso de cirugía ungueal los pacientes suelen confirmar que el dolor de uña encarnada es veces más que la molestia de la cirugía de uña y del mismo postoperatorio. En casos de cirugías de juanetes, dedos martillo, dedos en garra...habría que ver cada caso ya que dependiendo de la técnica que sea necesaria así variará la molestia del postoperatorio aunque en todos los casos se sale andando por su propio pie.

Hay que acudir sin miedo y cuanto antes a la consulta de Podología en cuanto se presente un problema en el pie. El podólogo va a ayudarte a quitar el problema y responderá a todas tus preguntas antes de tratarte así que no dudes en preguntar y saber acerca de lo que te pasa y de cómo se trata.
¿Cómo es una sesión de Podología?
En Atlas Podología no se cree en tratamientos estándar que delimitan el tiempo por persona los cuales disminuyen la calidad del servicio prestado. Por el contrario se apuesta por un tratamiento individual y personalizado en el que se empleará el tiempo que sea necesario para cada caso.

En primer lugar se hace una correcta recolección de información de la salud general del paciente en el que se incluyen las posibles enfermedades que tenga la persona en el momento o se hayan tenido en el pasado, antecedentes quirúrgicos, alergias a medicamentos, medicación permanente que esté tomando por prescripción médica, antecedentes podológicos, y motivo de consulta, exploración del problema por el que acude a consulta.
¿Por qué se hace una Historia Clínica?
La recolección de información en la historia clínica va a ayudar a prevenir que el paciente esté en contacto con sustancias a las que sea alérgico durante el tratamiento.

De esta manera si una persona es alérgica al látex se usaran guantes de vinilo, si es alérgico al yodo del betadine se usará otro tipo de desinfectante como la clorhexidina si se necesita desinfectar algo durante el tratamiento y si la persona es alérgica a algún tipo de antibiótico se optará por otro tipo de medicación que no le cause alergia en el caso de que hubiera que hacer uso de esta medicación.

Por otro lado, el conocer las enfermedades que presenta la persona en el momento del tratamiento e ir actualizándolas según vaya habiendo cambios (tanto como mejora como empeoramiento) va a ayudar al profesional al diagnóstico del problema y de esta manera aplicar el tratamiento más adecuado.

Las enfermedades sistémicas que afecten al pie son muchas pero podemos poner varios ejemplos como son la PSORIASIS enfermedad que afecta a la piel principalmente pero que finalmente termina afectando a las uñas haciéndolas cambiar de color, forma y haciéndolas más duras con lo que dificulta su manejo a la hora de cortarlas.

La Psoriasis también puede llegar a afectar a las articulaciones inflamándolas y provocando una artritis psoriásica que debe tratarse por un médico, podólogo y fisioterapeuta para su recuperación.

Otra enfermedad sistémica que puede afectar al pie y alterar su salud es la DIABETES. Las diabetes tipo I y II pueden llegar a producir problemas irreversible en el pie que pueden llegar a amputaciones por falta de tratamiento podológico. La glucosa que el cuerpo es incapaz de absorber por un déficit de insulina ataca muy directamente a la circulación sanguínea de venas y arterias pequeñas en el pie y debido a esta falta de circulación sanguínea los nervios del pie dejan de "funcionar" y transmitir el impulso nervioso de la sensibilidad dolorosa y es cuando decimos que hay Neuropatía (afectación de los nervios).

Es por eso que una persona con Neuropatía no siente dolor en el pie y ni siquiera las dolorosas uñas encarnadas le molestan y este hecho hace que una herida muy pequeña se vaya haciendo cada vez más grande por falta de tratamiento, que llegue a infectarse y hacerse úlcera que en algunos casos son de varios centímetros de diámetro y que la persona con neuropatía no sienta absolutamente nada.

Si a todo ello le unimos el hecho de que la circulación de la sangre (como hemos dicho anteriormente) no es buena en el pie, la cicatrización en muy lenta y la prevención de infección en la úlcera y de presiones que puedan disminuir su capacidad de cicatrización aún más son los objetivos principales de un Podólogo a la hora de tratarlas.
¿A quién puede tratar y ayudar un Podólogo?
Erróneamente se sigue pensando que los podólogos sólo tratan a personas mayores. Desgraciadamente los podólogos siguen siendo esos profesionales sanitarios poco conocidos en general pero a la vez tan necesarios en el área de la salud.
Un podólogo puede ayudar a personas de todas las edades ya que en cada etapa de la vida se pueden presentar problemas diferentes.

- Recién nacidos/ Primeros meses de vida:
Se les hace exploraciones para ver que los pies y extremidades inferiores se están desarrollando correctamente y se les ayuda a que el crecimiento de las uñas sea sano ya que los bebés pueden presentar uñas con capas y/o estrías muy quebradizas y con pieles en los surcos que dan aspecto de encarnamiento pero que es totalmente normal y lo único que necesitan son revisiones periódicas para asegurarnos que poco a poco esto va retrocediendo y las uñitas van creciendo correctamente y sanas volviéndose uñas normales.

- Edad infantil
Lo más común los tratamientos de papilomas que se cogen en piscinas y duchas públicas, se les corrige problemas de pie plano/cavo y en pocos se les trata de uñas encarnadas.

- Adolescencia
Los casos de uñas encarnadas se multiplican debido a la práctica de deportes, los papilomas también son frecuentes pero con menor incidencia que en el caso de los de edad infantil ya que los adolescentes ya suelen prevenir el contacto directo del pie en el suelo de piscinas y duchas de gimnasios.
A los adolescentes también se les puede tratar por pies planos/cavos aunque a estas edades lo único que se puede hacer es empezar a compensar la patología ya que la estructura de los huesos ya está hecha y no se puede modificar pero la compensación ayudará a que no se desarrollen otras patologías y que así se prescindan de molestias futuras. Las infecciones por hongos en la piel (conocida como pie de atleta) también son comunes en esta etapa.

- Edad adulta
En la edad adulta también existe una variedad extensa de problemas que se llegan a tratar. La aparición de durezas en la planta de los pies, problemas en la sudoración, infecciones de la piel por hongos o bacterianas muy asociadas al exceso de sudoración, uñas encarnadas, pies planos/cavos nunca tratados anteriormente y que empiezan a dar problemas en la edad adulta, fascitis plantares (son dolores en el arco y/o talón de los pies), lesiones deportivas mal curadas que sobrecargan el pie en algunas zonas y hace que duela, inestabilidad de los tobillos que provoca que se tengan esguinces repetitivos simplemente al ir caminando, dolor de pies debido al tipo de trabajo o actividad que dan lugar a pies cansados que probablemente no tengan ningún problema serio pero que necesitan de ayuda para poder sobrellevar ese tipo de trabajo o actividad diaria. Estos son solo algunos de los problemas que se pueden presentar en consulta en la edad adulta.

- Edad de Oro o Segunda Juventud
El trabajo durante años, el calzado no adecuado que se solía llevar, enfermedades que se han padecido o se padecen, el deterioro normal de los huesos y articulaciones e incluso los hábitos de vida que se han llevado (tanto alimenticios, como de ocio, deporte, tabaco...) se refleja en los pies y será mejor o peor dependiendo del tipo de vida que hayan llevado y del cuidado que se les haya dado aunque también de la forma de pie que se haya heredado ya que se les puede haber cuidado mucho siempre pero que debido a una forma determinada heredada de nuestros padres los pies hayan dado y sigan dando problemas constantemente.
Lo normal es que a partir de los 65 años se necesite acudir al podólogo ya que la flexibilidad se va viendo reducida y el cuidado de los pies va siendo muy difícil. Dependiendo del tipo de "vida" que hayan tenido esos pies el motivo por el que se acude a consulta una vez llegados a la edad de oro es muy variable.
Así, las durezas, clavos y "ojos de gallo" entre los dedos son muy frecuentes debido al uso de calzado incorrecto en la primera juventud. Los juanetes, dedos en martillo, dedos en garra o el aumento de presión en la planta del pie por pies planos o cavos no tratados son muy comunes y de lo que se trata es de compensar todo esto para que la actividad que la persona desea llevar no se vea afectada.
Esta compensación viene dada por tratamientos regulares para eliminar esas durezas, clavos y "ojos de gallo" cada vez que molesten, hacer siliconas y separadores para aliviar las durezas y los "ojos de gallo" que sean posibles aliviar y hacer plantillas a medida para dar el soporte necesario al pie para reducir e incluso quitar el dolor o molestia que se tenga.